LOS INSOSPECHADOS PARADEROS DE LOS LIBROS

Apuesta por lecturas de contenido nutricional


Los indicadores, a pesar de basarse en datos fríos pues no entran en detalles, serían más alarmantes si analizáramos la calidad de los escasos libros que se leen y el cómo se realiza la lectura. Pero, para nuestras humildes intenciones, sería morboso seguir ahondando en los diferentes estudios que se han hecho, pues las cifras vistas ya denotan un evidente rezago, una grave carencia en los hábitos formativos y culturales de los mexicanos.

Por otro lado, estamos convencidos que en algunas situaciones, leer 1 libro al día no serviría de mucho, además de que es, por el tiempo que se requiere, prácticamente irrealizable. Ni los tantos desempleados de este país podríamos lograrlo pues tenemos que ocupar tiempo para buscar chamba, comer, dormir, pedir prestado, escondernos del casero, pasear al perro y pensar cómo pagar deudas, arreglar cosillas de la casa, etc. Pero en caso de poder lograrlo, ya que siempre hay excepciones, la efectividad dependerá del libro que se lea y la forma de hacerlo. Pues no se trata de comenzar leyendo muchos libros, sino de hacerlo bien, ya que hay obras que por su propia complejidad se hacen impenetrables en un primer intento de lectura y requieren de mayor tiempo. Por lo regular sucede así con los clásicos, como el quijote de Cervantes por ejemplo. Lo importante es no desesperarse y elegir una lectura adecuada según la necesidad o hambre del momento. Hay una infinidad de temas y ediciones para todos los gustos y edades con contenidos de excelente calidad.

También es muy importante señalar que leer no sólo es codificar signos ni repetir como loros palabras y frases hasta el cansancio o hasta aprenderlas de memoria. Leer debe ser comprender, como si viviéramos una experiencia que nos mueva a imaginar, pensar y crear.


Una buena forma de medir el contenido puede ser la siguiente. Si lo que se lee nos habla de “verdades” y condiciona nuestra forma de vivir y de pensar ¡cuidado! Si no logra aportarnos conocimientos, o bien no logra romper nuestros convencionalismos (por lo menos durante la lectura) y no va más allá de simples lugares comunes ¡mucho cuidado! ¿de qué tipo de lectura estamos hablando?


Por ello es importante saber distinguir. Existe un tipo de lectura comercial: de entretenimiento, de chismes, hay incluso miles manuales disfrazados de cómo ser feliz (como si ser feliz dependiera de una fórmula mágica, pues no se toman en cuenta las diferencias culturales y las diferentes necesidades que la gente considera satisfacer para llevar a cabo su felicidad).


También está la lectura, digamos, formativa (que no está peleada con el entretenimiento), esa que nos hace saber más ya sea de nosotros mismos, de nuestra condición como seres humanos o de nuestro entorno: lecturas que dan pausa para la imaginación, como dice Pepe Gordon. Hay una anécdota en la que el célebre escritor Franz Kafka decía que una buena lectura era aquella que te daba un puñetazo en la cara al poco tiempo de haber abierto el libro. Con esto estamos completamente de acuerdo pues pensamos que las lecturas que más valen la pena son aquellas que nos confrontan con nosotros mismos. Consideramos que se puede ser feliz sin necesidad de leer libros; los libros no se escriben ni se leen para que la gente sea feliz.


Reconocemos que existe un mercado amplio en la industria editorial. Se editan libros para todos los gustos y preferencias. Podemos encontrar títulos desde “cómo ser feliz sin haber nacido” (dice Carlos Monsivais) "Papá ya no me pegues", hasta el Ulises de James Joyce en versión de lujo, comentada y de pasta dura. Por ello consideramos que de las pocas librerías que existen en el país, la mayoría, están repletas de “lectura chatarra”, que bien puede ser evitada porque de nada te pierdes si dejas de leer libruchos. Al contrario, puedes ahorrarte dinero y un mal rato de fuerte diarrea mental. Aunque repetimos, no queremos ser excluyentes ni limitar las preferencias de lo que se quiera leer.


Lo que queremos es dar un punto de vista para hacer valer nuestra capacidad de elección. La vida es muy corta y el tiempo para leer también, de allí la importancia de hacer buenas elecciones. A todos a todos aquellos que tengan la inquietud de comenzar a leer libros por gusto, y a los que ya se han iniciado en la lectura, queremos recomendarles que no sólo se queden en la superficie de los llanos leyendo libros que no van más allá de la autosuperación. Tampoco queremos proponer un canon literario a lo Harold Bloom. En sí, recomendamos leer todo lo que caiga en sus manos. Pero no olvidar que la lectura es alimento de la mente, por ende, del espíritu, así que aconsejamos llevar una buena dieta de lectura, balanceada en conocimientos en sus diferentes tipos.


Lo importante de las buenas lecturas, es que no sólo provocan una correcta función cerebral en los terrenos de la cognición y el lenguaje. También existen otros elementos fundamentales como son la socialización o integración familiar. Aunque el mero acto de lectura se haga a solas o en ritual tribal, nada hay más placentero que compartir y charlar sobre lo aprendido, intercambiar visiones, experiencias, ideas, sensaciones, como cuando nos vamos de viaje. Pero algo que consideramos indispensable en nuestra propuesta es que lo que se lea nos mueva a campos cuesta arriba en la imaginación, y que nos provoque hambre, necesidad de saber. Recomendamos elegir aquellas lecturas que nutran, como buen pan y vino, el alma y la inteligencia.

El poder de la lectura está en nuestras manos, no depende de nadie más.

Dirección de Proyectos
Las Plumas del Gallo

Imagen tomada de Galería de thandar61 en www.flickr.com

0 comentarios:

Publicar un comentario

JOSE EMILIO PACHECO PREMIO CERVANTES 2009